Cuando el río suena…, el nuevo álbum de Rozalén, ya se puede reservar. Será el tercer disco de estudio de la albaceteña y estará en las tiendas el 15 de septiembre, pero sus seguidores ya pueden hacer su encargo del trabajo más personal de la cantautora, en el que se sumerge en sí misma y en los suyos para redondear un trabajo heterogéneo. Un álbum atrevido, en el que lo mismo se empapa del folclore de Violeta Parra que se contagia del ritmo del drum and bass.
Coincidiendo con la reserva de Cuando el río suena…, Rozalén presenta uno de los vídeos en los que, a modo de conversación con su abuela, presenta algunas de sus canciones. En este caso se trata de Girasoles, un tema “para las buenas personas, las que habitan la mayor parte del planeta”, que concluye con la voz de Pepe Mujica, extraída de un discurso del expresidente uruguayo.
“Es lo más íntimo de mi piel y los secretos de mis raíces”. Así explica Rozalén su nuevo álbum, fruto de dos años de aprendizaje personal, los que han transcurrido desde su anterior álbum de estudio. Es un tiempo que ha dedicado a conocerse a sí misma, a entrevistarse con sus padres y su abuela, a conocer las historias que le rondaban sin acabar de concretarse, tabús que ahora se despejan, habladurías de las que sentirse honrada. Cuando el río suena… toma el relevo de Con derecho a… (2013) y Quién me ha visto… (2015), dos trabajos que le han permitido hacerse un hueco entre los grandes de la música española.
https://rozalen.lnk.to/CuandoElRioSuena
La propia Rozalén presenta así los temas de este su nuevo álbum, el álbum más personal de su carrera:
La puerta violeta. “La liberación tras una represión, la venda que se cae, una puerta que se abre para entrar en otra dimensión por fin amable. Un portazo al maltrato. Es Feminismo. Es Igualdad. Una regresión consciente, unas imágenes que con el tiempo entendería… Un lugar al que no quiero volver”.
Dragón rojo. “Un amor de piel, un aroma tatuado en la nariz, un capricho pasajero, un pellizco en el útero. Una noche de búsqueda y encuentro, actuar desde el rencor y el dolor para acabar amando como pocas veces había amado antes”.
Girasoles. “Un homenaje a la gente buena, la que habita la mayor parte del planeta. Una canción para los compañeros que saben amar, los que te facilitan la vida, los que te hacen sentir el Sol cuanto te miran, sin superioridad, con cariño y respeto. Es reciprocidad. Es centrarse en las cualidades y dedicar tu tiempo a la gente de luz. Ocupar poca energía a la oscuridad”.
Justo. “El hermano mayor de mi abuela, nuestro desaparecido de la guerra civil española. Poco se supo de su muerte. Nada de su paradero. He crecido escuchando una triste historia pero algo muy bonito me unía a él: Justo también cantaba. Llevo dos años entrevistando a mi abuela para escribirle a su hermano una canción. Y la música y la Asociación de la Memoria Histórica me han llevado a descubrir la fosa común donde se encuentran sus restos desde hace casi 80 años. En Arganda del Rey, con otros más de 200 soldados. Después de vivir lo que ha supuesto para mi abuela y mi familia encontrar su nombre en un registro, saber dónde llevarle una flor, una oración… siento la responsabilidad de contar nuestra historia. Se cerró la herida, finalizó la etapa de duelo, se respira paz… Y su aura nos acompaña y hasta lo recuerdo en un trocito de Habanera que él cantaba y que ahora yo canto en su recuerdo”.
La que baila para ti. “Un adiós, una confesión dolorosa. Asumir y aceptar una fase de odio y decepción. Pero intentar cambiar todo ese barro por arena blanca, enterrar las armas y dejar ir… Y es que la rabia también ata y no soporto descubrirme así aunque “ya no sea yo la que baile para ti”.
Antes de verte. “Junto a Kevin Johansen. El único dueto del disco. Un juego divertido. No puedo calcular las horas que le he dedicado a la obra de este caballero ni la admiración que siento por él. La primera vez que compongo con alguien. Es una tarde de encuentro, composición y grabación entre alguna que otra copita de vino. Es idealización, guasa, un poquito de verdad y mucho de fantasía”.
Tu nombre. “Canción de desamor, un poquito de teatro y de humor. Porque no hay mejor manera que superar las tristezas riéndose de uno mismo. Exageramos los hechos y acabamos bailando los recuerdos con aires mejicanos y festivaleros”.
El hijo de la abuela. “Miguel, uno de los ‘desterrados’ del País Vasco. Aquel joven injustamente señalado que tras el primer atentado de E.T.A en 1968 fue detenido, torturado y deportado a Letur, mi pueblo materno. Mi abuela lo acogió sin prejuicios y acabó siendo uno más del pueblo y de la familia. Su intuición fue cierta y Miguel era un hombre bueno. Sus armas nunca fueron violentas. Una dura historia que acabó uniendo a dos familias”.
Amor prohibido. “Un regalo para mis padres. La historia de amor más bonita que he conocido. Años difíciles. Un tabú en el pueblo, en la casa. Le pongo música a la maravillosa letra de Felipe Benítez Reyes, que narra cómo un sacerdote, mi padre, llega a su nuevo destino y acaba enamorándose del primer ser vivo que vio cuando llegó, mi madre. No he encontrado mejor manera de mostrarles mi orgullo, después de tantos años”.
Volver a los 17. “La versión del disco. Violeta Parra, la belleza de sus décimas. Una de las autoras que más admiro. Una de las canciones que más disfruto cantando, un amor que crece sanamente, poquito a poco, como el “musguito en la piedra”. No dejar de cantar las grandes canciones de la historia para que no se pierdan, para que los niños ahora también la tarareen como tararean La belleza de Aute”.
Respect. “Un Drum and bass que lo resume todo. Un juego con los amigos, con mi voz… Experimentar en otros registros, otros idiomas, sorprendernos y divertirnos”.
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